¡Hola !

Hola!

En esta 10ma entrega de Made by Humans, traemos un contenido editorial: un breve paseo por el pensamiento de Keki, líder creativo y alma mater del estudio.

Seguimos compartiendo un poco de Creer Crear, el segmento del newsletter que contiene, entre otras cosas, algunas ideas y caminos que transitamos en el estudio día a día: una visión holística de la creatividad.

… Listo!

No se si a ustedes les pasa, pero vengo observando que hoy todo parece más fácil. Nos subimos al auto y cargamos en Waze la dirección a la cual nos dirigimos y listo; le pedimos al Chat GPT que nos diga qué hacer ante una decisión difícil y listo.

Antes, para hacer música, no solamente debíamos saber hacerlo, sino que también existían otro tipo de complejidades: debíamos ir a un estudio de grabación con técnicos, asistentes y equipos profesionales. Y eso tenía un gran costo económico, logístico y hasta mental (“uh, que paja”). Era tan complejo hacer las cosas, que había menos personas haciéndolas. Pero hoy cualquiera que tenga un teléfono celular en su mano puede hacer música. Y lo mismo pasa con otras disciplinas creativas. Cualquiera puede generar narrativas o imágenes sin tener ningún tipo de aptitud técnica para hacerlas. Listo, hacer hoy, es una pelotudez.

La libertad de crear

El otro día escuché por ahí un concepto dando vueltas que me llamó la atención: “Democracia Creativa”. Wow. Ahora cualquiera puede hacerlo, el acceso es libre, gratuito e ilimitado. No me parece mal eso, al contrario, me parece un gran concepto. Democracia Creativa: la libertad de crear. Suena cool.

¿Si quiero o si puedo?

Quiero y puedo.

Entonces, hoy cualquiera que quiera, puede hacerlo. Pero ¿Hacer música con inteligencia artificial me hace músico? ¿Pedirle al chat imágenes me hace artista? ¿Acaso de eso se trata? ¿Crear es solamente poder hacerlo?. No my friend.

Hay personas que están buscando sentido propio, que necesitan crear, expresarse y que antes quedaban aisladas de la posibilidad de hacer por no tener aptitudes técnicas o acceso. Ahora tienen la posibilidad de expresarse con mayor facilidad y mejor acceso. Pero ese es un porcentaje muy pequeño, me atrevo a decir -a ojo- que es un 7%. El tsunami que está tapando todo tiene que ver con el otro 93% de las personas que piensan al revés: “como es fácil, ahora puedo hacerlo”. Ellos son quienes parten desde la paja absoluta y de allí van a la herramienta. Y en una sociedad tan resultadista, terminan en un loop eterno entre resultado y herramienta. Lo hacen solo porque es fácil y sin ninguna inquietud. En general, se trata de personas que no necesitan crear un sentido propio, que no necesitan sentir, que no necesitan experimentar. No saben hacerlo. Solo quieren hacerlo porque es fácil, ridículamente fácil. Y en ese loop de buscar un resultado, hacer porque es fácil y compartirlo para llenarse de likes, se están olvidando de lo propio. Se están olvidando de lo más precioso que nos propone la vida: crear.

Entonces, esto de la Democracia Creativa suena buenísimo. Pero lo que se lleva puesto es muchísimo más grande de aquello a lo que beneficia. Porque la cagada, es que se está llevando puestas a muchísimas personas que -buscando sentido propio o expresarse- se pierden en la facilidad, en el resultado y en el éxito basura de hoy.

Te estas quemando la croqueta

Si vas a acostumbrarte a pedirle al Chat GPT (o cualquier plataforma que esté por venir) que piense por vos, te vas a olvidar cómo pensar. Y esto no es una hipótesis, ya lo estoy observando en casos reales de personas que se olvidan de crear sin ayuda.

Y por último, no nos olvidemos que la democracia es un sistema que nos hace libres pero también nos hace iguales (no estoy hablando de política). Chicos, la democracia es un sistema y crear es asistemático.

Entonces, ¿Es más fácil hacerlo? Si.

¿Es más fácil crear? No.

Cuantas más herramientas hay, más salimos a pedir afuera. Y cuanto más pedimos allá afuera, más nos olvidamos de buscar adentro. Y es ahí donde está toda la verdad.

Con amor, Keki

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