🍫 The Dark Side of The Studio N°.2

8 años creando un chocolate 🙌​

¡Hola !


Otra vez nos encontramos en esa tarea escabrosa, melancólica y, por qué no, terapéutica, de contarte sobre esos proyectos que quedaron en el tintero. De esos que no llegaron a ver la luz, pero que aún viven en alguna carpeta, en alguna presentación olvidada, o en ese rincón emocional donde guardamos las ideas que nos rompieron un poco el corazón. Duele. Y aunque a veces creemos que tal vez, en otro formato o en otro momento, puedan resucitar, lo cierto es que muchos quedan ahí, olvidados, como los muñecos de Andy en Toy Story. ¡Pero no para nosotros!

“Hace 8 años estamos creando un chocolate”

Hoy queremos hablarles de un proyecto lleno de inspiración. Uno que nació del esfuerzo de un equipo de hermanos tan atrevidos como obstinados, que durante ocho años se propusieron una locura hermosa: crear el mejor chocolate que pudiera encontrarse en los kioscos de la República Argentina.

Sí, leyeron bien. Ocho años. Javier y Leo Alcaraz, conocidos por muchos como los maestros alfajoreros detrás de una de las marcas más queridas del país, Cachafaz, se pasaron casi una década metidos en selvas, visitando fincas de cacao en Colombia, Ecuador, Brasil y Perú. Aprendieron sobre procesos, calidades, fermentaciones, perfiles de sabor. Estudiaron, exploraron, probaron. Y todo eso con una sola idea en mente: hacer un chocolate que estuviera a la altura de las grandes marcas internacionales, pero que se vendiera en el quiosco de la vuelta, como una ofrenda local, accesible y con identidad.

Ellos veían la contradicción: por un lado, los alfajores viajaban con orgullo en valijas a cientos de destinos, como símbolo nacional; y por el otro, esas mismas valijas volvían repletas de chocolates importados: Lindt, Godiva, Tony’s, y otros tantos nombres que ya forman parte del imaginario premium global. ¿Por qué no podíamos ser nosotros los que hagamos chocolate? ¿Por qué el chocolate argentino no podía competir en ese podio?

Llegaron a nosotros con esa convicción, con esa claridad que enamora desde el primer encuentro. Querían hacer historia. Y nos invitaron a acompañarlos.

La campaña nació rápido, casi de manera instintiva. Una primera frase nos apareció como un cartel luminoso: “Hace 8 años estamos creando un chocolate.” Y sí, era literal. Porque en un mundo donde todo se apura, donde nadie se detiene más de quince segundos a leer o mirar algo, decir que llevás ocho años creando algo suena a una obsesión o excentricidad… pero también a seriedad, a compromiso, a mística.

Decidimos usar la palabra crear y no fabricar ni cocinar, porque crear tiene algo de magia, de poesía. Crear es una manera de atravesar la vida, de vivir en la inquietud de importar constantemente cosas de ese “no se donde” hacía ese “no se que”. Y decir un chocolate —así, con artículo indefinido y en singular— era hablar de una identidad. No importaba si el lanzamiento traía doce productos. Era una obra, un manifiesto. Una declaración de principios.

¿Cómo podemos ir más allá de una imagen? ¿Cómo hacemos para transmitir algo más profundo que -tan solo- una fotografía?

Inspirados por esa misma idea, construimos una estética que evocaba la creación del universo, pero en chocolate. Un big bang tentador, elegante, suspendido en un cosmos propio. Nos metimos en un proceso larguísimo de bocetado, modelado 3D, render y retoque final, antes de que existieran las inteligencias artificiales. Un mes entero de trabajo artesanal para lograr doce imágenes que podían irrumpir con elegancia en vía pública, kioscos y redes. Avellanas explotando y almendras sobresaliendo sutilmente del chocolate. Un lenguaje visual completamente alejado del universo tradicional de la publicidad de snack de kiosco. 

(Cuando parecía que todo estaba por salir… se detuvo. El proyecto había arrancado un poco tarde para el calendario y la temporada alta del chocolate (mayo a agosto) se nos venía encima. El país lamentablemente, entraba en una nueva crisis de consumo. El precio del chocolate era alto y ya se veía en la calle indicadores de que la gente no iba a poder afrontar este tipo de gastos por un tiempo. El cliente, con buen criterio estratégico, decidió no avanzar.)

Pero no es eso lo que importa…

Lo recordamos con mucho cariño. Porque conocimos a un equipo increíble dentro de Cachafaz, una empresa modelo en la industria nacional, no solo por sus productos sino por su manera de trabajar, de respetar los procesos, de apostar por lo argentino con orgullo y rigor.

Como creativos, convivimos todos los días con el mundo exterior. Presentamos ideas que amamos, y muchas no llegan aunque no dependa de nosotros. Por eso nos encanta este espacio. El hecho de compartirlas, revisarlas, contarlas, es una forma de darles valor, de re vivirlas.

Nos alegra tenerlos del otro lado, también cuando hablamos de lo que no fué. Que en realidad está acá: siendo.

Nos vemos en la próxima.

🧠💥 Equipo de Que Cálido Studio®

Made by Humans®

Seguinos para seguir explorando, a través de esta ventana, todo lo que sucede dentro de Que Cálido Studio®.